Según Julio Díaz Escamilla, Olegario Zamanillo
es un gran poeta que durante más de sesenta años ha escrito versos y sonetos
que hoy comparte en un ambiente de entusiasta fraternidad. En su página A vivavoz, recomienda recorrer el blog de Olegario y recrearnos en el preciosismo de
sus letras. Hoy os dejo con unos sonetos que Olegario me dedicó tan
gentilmente, sonetos que llevan por título a una voz.
A UNA VOZ
Hoy he vuelto a cruzar por la calzada,
que
ayer mismo subirla no podía,
suspirando
en los chopos me escondía,
y
lloraba a sus pies de madrugada.
Nunca viera una puerta en su alambrada,
aunque
tal vez supiera que existía,
nunca
quise buscar su lejanía,
porque
estaba sentado en su alborada.
Despierto el corazón, el alma errante,
buscaba
una razón al sacrificio,
tal
vez una ilusión regocijante,
sentado
en el altar de este suplicio,
donde
yo me encontraba, tan campante,
esperando
del mundo un beneficio.
Y un día alguien me dijo, susurrando,
nunca
esperes, amigo, una grandeza,
de
aquel que desconoce tu tristeza,
porque
tú no lo has ido pregonando.
Que este mundo está siempre caminando,
por
la senda de amistad, que empieza
allí
donde no llega tu entereza,
aunque
estuvieres mucho tiempo andando.
Y a esa voz tan lejana y misteriosa,
que
abrió mi corazón en esta vida,
dejando
resbalar dichosa,
la
sangre que manaba de mi herida,
quiero
decirla con mi voz llorosa,
que
mi alma se siente agradecida.
O.Z.M.