Hoy os traigo un poema triste pero hermoso. Un poema de
Edurne, que nos habla del último refugio que encontramos en las lágrimas cuando
ya no hay nada que hacer más que llorar.
La cura para todo es siempre agua salada, un bálsamo que nos
calma el espíritu y nos reconforta la pena.
El poema lleva por título......
Lagrimas
secas
Arañan
mis lágrimas
uñas
manchadas de culpa y vergüenza.
Lloro.
Es
mi propio llanto convertido en agua
el
que me arrastra por torrentes
sin
lecho,
secos
de paz y amor.
¡No
sé nadar!
Mi
grito se ahoga y se pierde
entre
aguas que no existen,
entre
algas de podredumbre
que
se enredan en mis pies,
sin
dejarme avanzar.
–¡Quieta,
no te muevas!–
Alguien
dentro de mí me llama,
tira
de mi voluntad,
y
arroja al abismo de la indiferencia
mis
quejas clavadas en un papel.
¡No
sé volar!
Quiero
recoger mi cuerpo,
que
yace estrellado
en
el cielo de los inocentes.
Quiero
recuperar la palabra
que
lleva mi nombre,
ahora
perdido en un mar
de
letras confusas, y…
¡Quiero
llorar!
Autora: Edurne Iturriso