Javier Ximens escribió este microrrelato para la primera
jornada de la convocatoria “La primavera de microrrelatos indignados 2013”.
El micro transmite tristeza, angustia y desesperación. Es un
micro impactante que nos revuelve las tripas y nos deja con un sabor amargo
pegado a nuestra conciencia.
El microrrelato lleva por título:
La última cena
Lee la etiqueta del producto matarratas en la
sección de droguería. Lo deposita en el carro. Limpia con la bocamanga las
boceras de la niña sentada dentro. Deja en la papelera el envoltorio vacío de
un donut. Coge dos puñados de arroz de un paquete roto. Se lo guarda en el
bolsillo. En la carnicería toma una bandeja. La cajera le dice que es para
perros. Ella contesta que es para su cachorro. Paga con el solitario billete de
cinco euros varias veces plegado.
La niña pregunta: «¿Mamá, esta noche
cenamos?».
La madre asiente. «¡Bien, chicha! », grita la cría.
La madre asiente. «¡Bien, chicha! », grita la cría.
Muchas gracias, Nerim, por la lectura y por la indignación.
ResponderEliminarSi, precioso y triste. Otro impacto del gran Ximens.
ResponderEliminarImpactante Ximens. Te deja un regusto amargo. Pero había que decirlo.. Enhorabuena, Javier. Gloria Arcos
ResponderEliminarEnhorabuena Ximens, es mas real q la vida misma. Amargura, desolación, etc. Etc......
ResponderEliminarLa historia surge en nuestro barrio, una joven madre cogía puñados de arroz de los paquetes rotos de Alcampo. Otra mujer compraba carne para perros pero se veía que era para su consumo.
EliminarMe has dejado hecho polvo.
ResponderEliminar¡Qué genialidad de relato! Me ha dejado con el corazón encogido. ¡Felicidades Ximens!
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios, lo lamentable es tener que vivir y escribir sobre esto en la España de 2016
ResponderEliminarY tan impactante...
ResponderEliminarNo lo había leido, gracias Nerim por ponerle voz a este relato y darnoslo a conocer.
Un abrazo a las dos.
Felicitaciones por tan bonito relato y por la voz. Me gustó mucho.
ResponderEliminarEncantada de volver por aquí.
Un abrazo.