Allí estaba como todas las mañanas, siempre a la misma hora, sentada en un rincón de su balcón, impecablemente vestida y bien peinada, como esperando a alguien o a algo, deseando alguna novedad que diera a su vida un giro de 180º, que trajera algo de sentido a su existencia, una pequeña esperanza, una ínfima alegría, una ilusión pasajera.
La calle empezaba a llenarse de gente deambulando de un lado a otro, empezaba el desfile, el pañuelo que lleva la señora de enfrente es muy bonito, alguien toca el timbre en casa del vecino, seguramente es su ex-mujer , siempre viene el mismo día a reclamarle la pensión de sus hijos , pero el vecino no está, le ha visto salir muy temprano con su actual novia o amante, les oye todas las noches, les acompaña en su sesión X nocturna, acompasando su respiración a los jadeos que vienen del otro lado de la pared, siente como su piel se eriza con caricias ajenas, siente en su boca los besos que nunca le han dado, y siente en sus carnes ya añejas, aquella pasión juvenil , que un buen día se marchó, sin ni siquiera decirle adiós.
Y a falta de vida propia, refugiada tras los barrotes de su balcón, sueña y palpita bajo el embrujo de otras vidas, se adueña de la intimidad de sus hogares, sale a dar un paseo del brazo de los maridos de otras, y besa apasionadamente, al hermano guapetón de la vecina de abajo.
Y a falta de vida propia, refugiada tras los barrotes de su balcón, sueña y palpita bajo el embrujo de otras vidas, se adueña de la intimidad de sus hogares, sale a dar un paseo del brazo de los maridos de otras, y besa apasionadamente, al hermano guapetón de la vecina de abajo.
Como desearía yacer con cualquiera de ellos, aunque fuera solo por un rato, sentir en su piel a otro cuerpo, en sus labios un ardiente beso, oler otros aromas, retozar con ellos bajo unas suaves sábanas de seda, y entregarles con una sola mirada, todos los secretos que guarda en su corazón.
Recuesta su cabeza en el respaldo de la silla cerrando sus ojos lentamente, necesita un respiro, descansar un poco de tantas emociones contenidas, demasiados placeres ocultos, placeres que le gustaría gritar a todo pulmón, desde ese balcón, en vez de ahogarlos en un gemido, en la soledad de su dormitorio.
*Texto propio: 23/01/2008
*Voz: Nerim
¡Bien! Me gusta como está quedando esto. Es una delicia oirte. Un beso
ResponderEliminarLo leí cuando lo publicaste, pero suena muy bien con tu voz. Eres genial. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarPues, avanti il populo! Jejejeje!
ResponderEliminarVamos, que va muy bien todo aunque nos despeinemos por el acmino! ;)
La soledad, uf, qué duro!
Muy bien reflejada esa soledad...
Muxutxuak!
;)
¡¡¡Enhorabuena!!!
ResponderEliminarNerim, todo lo haces bien. Escribes con calidad y lees con entonación agradable, dejando traslucir emoción y sentimiento en las dosis justas.
¡Este nuevo blog va a ser un éxito!¡Estoy segura de no equivocarme al decirlo!
Besos y abrazos de tu amiga.
Nerim, me ha encantado. Una forma novedosa e interesante de exponer los relatos. La idea ha sido genial. Un beso muy grande para ti, querida amiga.
ResponderEliminar¡Qué idea tan brillante! ¡Qué voz! ¡Qué dulzura!
ResponderEliminarSabes que te admiro, pero ahora sé que me había quedado corto.
¡Felicidades!
Felicidades Nerim!!! que bien se oye...me gusta muchisimo oirte...y creo que has tenido una idea buenisima, te voy a seguir oyendo, un abrazo muy fuerte
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